La unidad de cuidados intensivos requiere soluciones de iluminación versátiles que faciliten intervenciones rápidas y un monitoreo constante.
La UCI de un hospital es una unidad extremadamente delicada. Aquí se atiende a pacientes en estado crítico, ingresados con una o más funciones vitales comprometidas, que necesitan una vigilancia intensiva tras intervenciones complejas o afectaciones graves incluso tras procedimientos rutinarios.
En cuidados intensivos, los pacientes deben ser asistidos y monitorizados continuamente, con estancias que pueden variar desde unas pocas horas hasta varias semanas.
Por ello, es esencial que el entorno esté correctamente iluminado y resulte confortable.
Los profesionales deben poder intervenir siempre en condiciones óptimas: por eso, la luz debe ser clara, intensa y homogénea.
Terapia intensiva
Recomendación luminotécnica
Lámparas con intensidad regulable y flexibilidad posicional son esenciales para adaptarse a las diferentes necesidades.
Sin embargo, esta no debe molestar al paciente, quien debe permanecer en un entorno acogedor y tranquilo.
Para este ámbito médico, RIMSA ha diseñado 3 lámparas médicas que permiten encontrar el equilibrio adecuado entre el confort del paciente y la funcionalidad para el equipo médico.
Los médicos y cirujanos pueden adaptar tanto la temperatura de color como la intensidad del haz luminoso a sus necesidades.
Las lámparas médicas RIMSA se distinguen por sus empuñaduras ergonómicas y brazos móviles, lo que las hace fáciles de maniobrar y rápidas de posicionar.
La tecnología LED especial de las lámparas scialíticas garantiza una mayor durabilidad, permitiendo al médico concentrarse exclusivamente en el paciente.
Para la unidad de cuidados intensivos, le recomendamos las siguientes lámparas médicas:
- Pentaled 12
- Pentaled 28
- Saturno Led
