La dermatología quirúrgica se ocupa del tratamiento de la piel, incluida la extirpación de tumores o lesiones cutáneas. Estos procedimientos requieren una iluminación focalizada.
El dermatólogo observa y examina la piel, el cuero cabelludo, el cabello, las uñas y las mucosas. Se trata de zonas del cuerpo particularmente delicadas de evaluar, ya que no siempre una irregularidad indica una patología, y en ocasiones una patología puede ser tan sutil que pasa desapercibida.
Por ello, la consulta debe estar bien iluminada para permitir un examen óptimo del paciente y resaltar cualquier particularidad.
La luz es una herramienta fundamental para el dermatólogo: le permite realizar un cribado clínico más preciso.
La iluminación en dermatología debe ser intensa y definida, capaz de destacar cada defecto y detalle.

Dermatología
Recomendación luminotécnica
Una lámpara con un campo luminoso reducido y un alto índice de reproducción cromática es ideal para resaltar detalles y matices de la piel.
Las lámparas médicas de RIMSA no solo proporcionan una luz homogénea y directa, sino que garantizan el mejor rendimiento luminoso, ofreciendo al dermatólogo una iluminación capaz de resaltar cualquier irregularidad y detalle de la piel y del cuero cabelludo.
Para dermatología, RIMSA ha seleccionado dos lámparas médicas equipadas con un brazo articulado, lo que las hace muy flexibles y, al mismo tiempo, estables, además de contar con luz LED de alta intensidad. Gracias a sus características, ambas lámparas pueden ajustarse fácilmente según las necesidades.
Las dos lámparas médicas de RIMSA que recomendamos son:
- L88-LED
- Prima Fix
