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Formación by RIMSA

Tecnología scialítica

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Lámpara scialítica: la clave para el quirófano

Una lámpara de quirófano es un producto que la mayoría de las personas puede imaginar fácilmente. Su forma, usos y características son evidentes al pensar en una lámpara quirúrgica. Sin embargo, entender qué es realmente una lámpara quirúrgica o por qué presenta determinadas características no es tan inmediato.

Tanto en un quirófano como en una sala de cuidados intensivos, la iluminación quirúrgica es esencial para crear un entorno confortable tanto para el médico como para el paciente. Las lámparas RIMSA ayudan a iluminar de forma homogénea y constante el campo operatorio, generando un haz de luz muy intenso capaz de resaltar cada detalle: – el cirujano se ve facilitado y respaldado en cada fase de su trabajo; – para el paciente, se crea un entorno cómodo y acogedor, donde sentirse seguro antes de una intervención quirúrgica.

Iluminación scialítica: la luz sin sombras

Las lámparas médicas de uso quirúrgico, también conocidas como «scialíticas» del griego «sin sombra», tienen un papel fundamental en el quirófano. Su objetivo es iluminar con precisión el área quirúrgica, garantizando una luz intensa, uniforme y fiable. Su evolución ha seguido la creciente complejidad de los procedimientos médicos. De la supresión de sombras a la capacidad de iluminar en profundidad, hasta la integración con tecnologías digitales, la lámpara scialítica actual responde a necesidades modernas sin olvidar su función principal: eliminar las sombras.

A continuación, profundizamos en la iluminación quirúrgica y las herramientas para crear espacios hospitalarios óptimos y acogedores.

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Historia de la lámpara scialítica

rimsa-or light

¿Qué significa “scialítica”?

Las lámparas quirúrgicas también se llaman “scyalitique” que en griego significa: sin sombras.
La característica principal de una lámpara quirúrgica es iluminar un área localizada o una cavidad del paciente con una luz potente y fiable.
Una lámpara quirúrgica debe integrarse adecuadamente en el quirófano.
La luz es un elemento esencial de nuestra vida. En el ámbito médico, es fundamental para el éxito de diagnósticos, exámenes e intervenciones quirúrgicas.
La evolución de las lámparas quirúrgicas ha sido lenta, pero hoy se ha alcanzado un importante hito gracias a tecnologías avanzadas que garantizan alta seguridad y confort tanto para los médicos como para los pacientes.
RIMSA ha desarrollado la mejor tecnología de iluminación para quirófanos con el objetivo de garantizar a médicos y cirujanos de todo el mundo las condiciones óptimas para operar.

La evolución de la lámpara scialítica a lo largo del tiempo

La historia de la lámpara scialítica es fruto de un largo recorrido evolutivo, donde la luz ha acompañado el avance de la cirugía. Durante el Renacimiento, las primeras disecciones anatómicas se realizaban en teatros anatómicos como el de Padua (1595), iluminados con luz natural o velas.
En el siglo XIX, con la aparición de la anestesia y la antisepsia, se hizo necesaria una luz estable e intensa para explorar cavidades profundas. En 1919, el profesor Louis Vérain inventó la primera lámpara scialítica con un sistema de reflexión indirecta que eliminaba las sombras múltiples.
Durante el siglo XX, las lámparas halógenas mejoraron la intensidad luminosa, y la llegada de los LED revolucionó el sector: mayor eficiencia, menos calor y mayor durabilidad.
Hoy, la scialítica es un sistema integrado. Tecnologías como la doble reflexión (patentada por RIMSA), la reflexión indirecta y sistemas como Always on Focus permiten una iluminación constante, sin deslumbramientos y con alta reproducción cromática.
También garantizan compatibilidad con flujo laminar e integración con cámaras y sistemas digitales para grabación y transmisión en directo.
La lámpara scialítica moderna elimina sombras (del griego “skia” = sombra, “lytikos” = eliminar), pero también responde a nuevas necesidades de digitalización, ergonomía y sostenibilidad.

La evolución de las lámparas quirúrgicas RIMSA

RIMSA tiene un papel clave en la historia de las lámparas médicas.
En 2002 lanzó su primera lámpara quirúrgica LED, cuando esta tecnología aún era emergente y las soluciones antirreflejo apenas comenzaban a considerarse.
La llegada de las lámparas quirúrgicas RIMSA a quirófanos de todo el mundo transformó el entorno operatorio y la forma de trabajar de los médicos.
Gracias a la tecnología antirreflejo patentada por RIMSA, se redujeron significativamente los incidentes quirúrgicos y aumentaron los éxitos en intervenciones invasivas y mínimamente invasivas.
El motivo es claro: el deslumbramiento es uno de los mayores riesgos en quirófano. La tecnología exclusiva de RIMSA elimina ese peligro, mejorando la seguridad en cada fase.
Las lámparas médicas RIMSA fueron las primeras en integrar un sistema de iluminación indirecta. Esta innovación amplía el haz LED, minimiza el deslumbramiento y elimina las sombras cuando objetos u extremidades interfieren con la luz.
Este sistema permite a los profesionales moverse libremente sin que las sombras interfieran en su trabajo.

«Sin sombra» es el término que identifica este tipo de lámpara profesional usada en el ámbito médico-quirúrgico. Descubre las características técnicas y normativas de las lámparas quirúrgicas RIMSA.

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Calidad de la luz: intensidad, CCT, CRI, interdependencia

La calidad de la luz en una lámpara scialítica depende de tres factores clave: intensidad luminosa, temperatura de color (CCT) y reproducción cromática (CRI). Estos parámetros no pueden evaluarse de forma aislada: su interdependencia requiere un análisis conjunto para definir la calidad real de la luz.

Qué considerar para una iluminación de calidad

Intensidad luminosa: iluminar sin compromisos​

La intensidad luminosa mide la cantidad de luz emitida, expresada en lux. La norma IEC 60601-2-41 exige un mínimo de 40.000 lux y un máximo de 160.000 lux para evitar dañar la vista del cirujano. Sin embargo, altos valores sin equilibrio con otros parámetros pueden ser contraproducentes. Por ejemplo, una luz muy intensa con bajo CRI puede generar deslumbramiento y fatiga visual, afectando la visibilidad de los detalles anatómicos.

Temperatura de color (CCT): el tono de la luz

La temperatura de color se mide en Kelvin (K). Las luces cálidas (3000–4000 K) son más relajantes pero menos eficaces en profundidad. Las luces frías (5000–5500 K) mejoran la visibilidad superficial, pero pueden distorsionar los colores reales.
No existe una CCT ideal universal: el equilibrio entre tonos fríos y cálidos debe adaptarse al uso clínico.

Reproducción cromática (CRI): ver los colores con precisión

El CRI indica la capacidad de una fuente de luz para reproducir los colores con fidelidad. La normativa requiere un CRI ≥ 85. Superar 90 ofrece mejoras mínimas perceptibles y valores extremos (como 99) reducen la eficiencia energética y la vida útil del LED.
Además, el CRI es un valor medio que se degrada con el tiempo.

Complejidad e interdependencia de los parámetros

Estos tres factores — intensidad, CCT y CRI — no actúan de forma independiente. Por ejemplo:

1. Una alta intensidad puede reducir el CRI si el LED no está bien calibrado.

2. La CCT influye en el CRI: una luz fría aumenta la intensidad pero reduce la fidelidad cromática; una luz cálida mejora el CRI pero reduce la profundidad de iluminación.

3. La vida útil del LED se ve afectada por decisiones de diseño desequilibradas.

Por eso, la norma IEC 60601-2-41 no impone valores fijos, sino márgenes de flexibilidad.
Una lámpara scialítica no debe sobresalir en un solo valor: debe ofrecer un equilibrio óptimo entre todos los parámetros, garantizando rendimiento fiable, confort visual y eficiencia energética.

La utopía de un índice sintético

Sería deseable la creación de un índice sintético que contemple la interdependencia entre intensidad luminosa, CCT y CRI. Sin embargo, hasta la fecha, no existe tal herramienta. Las mediciones siguen realizándose por separado, ofreciendo una visión parcial de la calidad de la luz. Por este motivo, valores extremos e individuales, como un CRI 99 o intensidades superiores a 160.000 lux, resultan poco viables y poco representativos. La verdadera calidad de la luz se logra mediante una planificación cuidadosa que equilibre todos los aspectos, proporcionando una iluminación estable, uniforme y funcional para el quirófano.
En conclusión, una lámpara scialítica es mucho más que la suma de sus parámetros: es un sistema complejo donde cada valor adquiere sentido solo en relación con los demás. Pretender valores extremos no solo es ineficaz, sino que compromete la sostenibilidad operativa y ambiental del entorno. Una luz perfecta es equilibrada, no extrema.

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Cómo controlar la luz

En el ámbito quirúrgico, la iluminación desempeña un papel clave, y la forma en que la luz se refleja determina la seguridad y eficiencia en el quirófano. Las tecnologías de reflexión se dividen en dos tipos principales: reflexión directa y reflexión indirecta, cada una con características específicas que las hacen adecuadas para distintos contextos.

Tecnologías de reflexión en la scialítica: Luz directa VS Luz indirecta

La intensidad luminosa representa la cantidad de luz emitida y se mide en lux. La norma IEC 60601-2-41 establece que una lámpara scialítica debe garantizar un mínimo de 40.000 lux para asegurar una visibilidad adecuada durante la intervención, con un límite máximo de 160.000 lux para evitar daños visuales al cirujano. Sin embargo, valores muy elevados, si no están equilibrados con otros parámetros, pueden ser contraproducentes. Una luz excesivamente intensa pero con baja reproducción cromática puede provocar deslumbramiento y fatiga visual, afectando la visibilidad de los detalles anatómicos.

Reflexión indirecta

Seguridad y eficiencia óptica

La reflexión indirecta utiliza superficies diseñadas para difundir la luz mediante parábolas reflectantes, maximizando la superficie de emisión luminosa. Este enfoque garantiza dos grandes ventajas:

Reducción del deslumbramiento: fundamental para la comodidad y seguridad del cirujano.

Maximización de la superficie luminosa: mejora la eficiencia, permite una distribución uniforme de la luz y reduce las sombras.
Sin embargo, esta tecnología requiere procesos de fabricación altamente especializados, por lo que suele emplearse en sectores con grandes volúmenes.

Ventajas de la reflexión indirecta

La reflexión indirecta es sinónimo de seguridad y confort. Su capacidad para reducir el deslumbramiento protege la vista del cirujano, favoreciendo la concentración durante procedimientos complejos. Además, maximiza la superficie de emisión luminosa, asegurando una distribución uniforme de la luz sin necesidad de sofisticadas regulaciones electrónicas. Este enfoque es característico de aplicaciones de alta precisión como los faros de automóviles, donde la eliminación del deslumbramiento es esencial.

Desventajas de la reflexión indirecta

La producción de lámparas con reflexión indirecta es más compleja que la de tecnología directa. Requiere un diseño meticuloso y mayor precisión en los procesos productivos, lo que hace que esta solución sea menos común fuera de ámbitos de alta tecnología. No obstante, los beneficios en términos de seguridad y confort visual superan ampliamente las dificultades de fabricación.

Reflexión directa

Límites y desafíos de la reflexión directa

La reflexión directa proyecta la luz directamente desde los LED hacia el campo operatorio. Aunque es más sencilla de fabricar, presenta importantes desventajas:
Requiere un mayor número de LED de alta potencia, lo que incrementa el calor y el consumo energético.
Superficie de emisión luminosa reducida, con menor compatibilidad con el flujo laminar y mayor incidencia de sombras.
Necesita sistemas electrónicos complejos para suprimir las sombras, aumentando los riesgos de fallos y reduciendo el confort visual.

Desventajas de la reflexión directa

La reflexión directa es más fácil de fabricar, pero implica una serie de compromisos significativos. Requiere el uso de LED más potentes o en mayor cantidad, lo que genera más calor y consume más energía, reduciendo la compatibilidad con el flujo laminar y aumentando el deslumbramiento. La menor superficie de emisión obtenida con esta solución reduce la supresión de sombras, que debe compensarse electrónicamente. Este enfoque no solo es ineficiente, sino que contradice la propia definición de lámpara scialítica, diseñada para eliminar las sombras.

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Qué tener en cuenta para un uso correcto de la lámpara scialítica

Las lámparas scialíticas desempeñan un papel central en el quirófano, garantizando la visibilidad esencial para que el equipo quirúrgico pueda operar con precisión. Sin embargo, el uso de estas fuentes de luz no está exento de riesgos, y la literatura científica ha evidenciado varios problemas que pueden afectar tanto la seguridad del paciente como el bienestar del personal médico.

Por un lado, el deslumbramiento representa una de las principales causas de fatiga visual, distrayendo al cirujano y reduciendo la calidad de la visión intraoperatoria; por otro, la contaminación del mango de la lámpara y la alteración del flujo laminar pueden aumentar el riesgo de infecciones. Además, las scialíticas tradicionales pueden generar un exceso de calor, lo que incrementa la probabilidad de quemaduras o de alteraciones en los flujos de aire estériles del quirófano.

Qué saber para un uso correcto de la lámpara scialítica

Riesgos del deslumbramiento y del exceso de luminancia

Uno de los problemas más críticos relacionados con las lámparas scialíticas es el deslumbramiento, provocado por un exceso de luminancia. Cuando la luminosidad alcanza valores muy elevados (a menudo hasta 160.000 lux, frente a los 700-1.500 lux comúnmente utilizados en otros entornos), los ojos del cirujano se ven obligados a realizar constantes adaptaciones, causando fatiga, irritación, visión borrosa y dificultades de concentración. La presencia de contrastes extremos entre el campo operatorio bien iluminado y el entorno más oscuro provoca un esfuerzo continuo de readaptación visual, lo que contribuye a la aparición de dolores en el cuello, hombros y espalda. Estas condiciones, a largo plazo, no solo comprometen la salud del operador, sino que también pueden aumentar el riesgo de errores durante la intervención.

Contaminación y flujo laminar comprometido

Las lámparas scialíticas pueden convertirse en un vehículo de contaminación. El mango, que debería permanecer estéril, es tocado frecuentemente por el cirujano para orientar la luz, con el riesgo de introducir bacterias en el campo quirúrgico. Algunos estudios han revelado que hasta el 50 % de los mangos pueden resultar contaminados al finalizar la operación. Además, la presencia física de la lámpara y el calor que genera pueden alterar el delicado flujo laminar —el movimiento controlado del aire de arriba hacia abajo diseñado para reducir la carga bacteriana—. Las turbulencias creadas por la scialítica pueden comprometer su eficacia, aumentando el riesgo de infecciones y complicaciones postoperatorias.

Quemaduras y daños térmicos

Aunque poco frecuentes, se han registrado casos en los que la fuente luminosa de la lámpara scialítica, especialmente si es de generación anterior (halógena o xenón), ha contribuido a provocar quemaduras o incluso incendios en quirófano. Un uso excesivo de la intensidad luminosa o una colocación incorrecta de la lámpara demasiado cerca del campo operatorio, sumado a sustancias presentes en la piel del paciente que pueden interactuar con la luz, puede causar quemaduras térmicas o químicas.

¿ La solución? Tecnología y buenas prácticas

La solución: tecnología y buenas prácticas
Afortunadamente, la tecnología moderna ofrece soluciones concretas para mitigar estos riesgos. Las lámparas LED, por ejemplo, reducen drásticamente la emisión de rayos infrarrojos y, por tanto, la producción de calor, limitando el riesgo de quemaduras. Además, la adopción de sistemas de iluminación indirecta permite difundir la luz sin crear puntos de luminancia excesiva, evitando así el deslumbramiento. Algunos modelos incluso integran un área de compensación luminosa alrededor del campo operatorio, suavizando los contrastes y permitiendo una transición visual más gradual.

También los materiales de construcción desempeñan un papel crucial: el uso de estructuras ligeras, mangos ergonómicos y soportes móviles facilita el posicionamiento de la lámpara sin comprometer la esterilidad. De este modo se reducen las interacciones innecesarias, limitando la contaminación. Al mismo tiempo, una instalación correcta —prestando especial atención a la altura y al diseño de la sala— ayuda a minimizar las turbulencias del flujo laminar.

Conclusioni

La lámpara scialítica no es un simple dispositivo de iluminación, sino un instrumento médico sofisticado que puede influir en la seguridad, el confort y los resultados quirúrgicos. Un uso consciente de la tecnología —lámparas LED, iluminación indirecta, materiales avanzados y distribución optimizada—, junto con buenas prácticas operativas, representa la clave para reducir riesgos como el deslumbramiento, la contaminación y las quemaduras. Garantizar una mejor calidad de la luz, sin centrarse exclusivamente en la intensidad, es el primer paso hacia un quirófano más seguro, eficiente y adaptado tanto al paciente como al cirujano.

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Características exclusivas de las lámparas RIMSA

Ventajas de las lámparas scialíticas RIMSA

Reflexión indirecta

Las luces LED han reducido considerablemente la superficie de emisión luminosa. Una superficie tan limitada perjudica el efecto quirúrgico (eliminar las sombras). Consciente de este inconveniente, RIMSA ha desarrollado la tecnología de Luz Indirecta, que amplía la superficie de emisión de luz y garantiza un excelente efecto quirúrgico.

Doble reflexión​

En 2017, RIMSA patentó la tecnología de doble reflexión, que maximiza la superficie de emisión luminosa, permitiendo que los productos de la serie UNICA y ciertas lámparas veterinarias ofrezcan un efecto quirúrgico excepcional y una iluminación completamente antirreflejo.

Área de compensación​

Para ciertos tipos de cirugía como torácica, abdominal o cesáreas, es esencial contar con un campo luminoso ampliado y de alta intensidad. Una óptica adicional permite ampliar el campo iluminado hasta 30 cm con una intensidad de 6000 lux en el borde exterior, manteniendo la intensidad central (Ec) sin cambios.

Superficie de emisión luminosa

Las lámparas scialíticas RIMSA se distinguen por su excelente calidad de iluminación, gracias a una superficie de emisión diseñada para garantizar una difusión homogénea e intensa de la luz. RIMSA ofrece así un rendimiento luminoso superior, asegurando condiciones de visibilidad óptimas en cualquier contexto quirúrgico.

Luz siempre enfocada

Las lámparas scialíticas RIMSA están equipadas con un avanzado sistema de luz siempre enfocada, que garantiza una iluminación precisa y uniforme incluso durante el movimiento del reflector. Esto permite mantener una visibilidad óptima en el campo operatorio en todo momento, sin necesidad de ajustes continuos.

La solución RIMSA: Reflexión indirecta con doble reflexión

En RIMSA creemos en la superioridad de la reflexión indirecta y la optimizamos aún más con nuestra tecnología de doble reflexión. Esta innovación maximiza la superficie de emisión luminosa y reduce aún más el deslumbramiento, garantizando la máxima seguridad y confort para los cirujanos. La doble reflexión representa el futuro de la iluminación quirúrgica, y RIMSA está a la vanguardia de esta revolución tecnológica.

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Integración en quirófano

La integración en el quirófano moderno se ha desarrollado como un ecosistema sofisticado de dispositivos interconectados, diseñados para optimizar la precisión quirúrgica, mejorar la eficiencia y garantizar mejores resultados para los pacientes. En RIMSA reconocemos la importancia de sistemas modulares que respondan a distintas necesidades y permitan una colaboración fluida entre los dispositivos. Por eso ofrecemos cada dispositivo necesario para diseñar un quirófano completo y eficiente.

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Posicionamiento

Las lámparas scialíticas RIMSA ofrecen una versatilidad extraordinaria de posicionamiento y combinación, adaptándose perfectamente a las distintas necesidades de los quirófanos. En función del tipo de intervención quirúrgica, pueden configurarse individualmente o en combinación para garantizar siempre una iluminación óptima. Esta flexibilidad permite maximizar el confort visual del médico y mejorar la experiencia global del paciente, contribuyendo a un entorno operatorio más eficiente y seguro.

Configuraciones de lámparas RIMSA

rimsa - chirurgia generale

Unica 520 + 520
Unica 860 + 520
U29 + U29
Pentaled 63N + 63N
Pentaled 63N + 30N

Unica 860 + 520
U29 + U29
Pentaled 63N + 63N

Unica 860 + 520 + 520
Unica 520 + 520 + 520
U29 + U29 + U29
Pentaled 63N + 63N + 30N

Pentaled 30N
Pentaled 30E
Pentaled 28
Pentaled 12

Pentaled 30N + 30N
Pentaled 30E + 30E
Pentaled 28 + 28

Unica 520
U29
Pentaled 63N

Unica 520 + 520
U29 + U29
Pentaled 63N + 30N

Alfa Flex

Unica 520
U29
Pentaled 63N

Pentaled 30N
Pentaled 30E

L88 Led
Prima Fix

Prima Fix

Pentaled 12
Pentaled 28
Saturno Led

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Disciplinas médicas

Gracias a la experiencia consolidada y al conocimiento tecnológico adquirido durante más de 80 años, RIMSA produce lámparas médicas para cada departamento y entorno. Ya se trate de un quirófano, un ambulatorio o una simple consulta médica, en el catálogo RIMSA encontrarás la lámpara médica más adecuada a tus necesidades. Descubre todos los sectores.

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Video cápsulas

Hemos reunido en una serie de videopíldoras las principales características de las lámparas scialíticas RIMSA, para ofrecer una visión clara e inmediata de la excelencia de nuestra iluminación quirúrgica. Cada contenido destaca un aspecto fundamental de la tecnología RIMSA, pensada para apoyar al máximo a los profesionales en quirófano con soluciones fiables, innovadoras y de alto rendimiento.

Fuentes de luz en quirófano

Tecnologías de iluminación

Efecto deslumbrante

Área de compensación

Maniobrabilidad

Flujo laminar

Cámara

Sistema de doble reflexión

Descubre más

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